NADA
Cuan jodido es cuando te sobra la nada y te falta un corrector ortográfico.
Si la nada se vendiera, la nevera de un piso de estudiantes tendría un valor incalculable.
Un mago tendría que cambiar su speech de “Nada por aquí, nada por allá” por temor a que la gente se avalanzara aquí o allá.
Millones de adolescentes estarían forrados:
– ¿Qué hace tu hijo, Antonia?
– Nada
– Que bien que esté “colocao”